Un nuevo estudio descubre que la memoria de corto plazo se ve mejorada en un 20 por ciento si uno sale a caminar por un espacio natural, o incluso si uno mira una imagen de una escena natural. También que anda por zonas de mucho trafico automotriz y atestadas de gente, agotan nuestro cerebro.
Estoy frente al ordenador, escribiendo desde hace horas sin un descanso. Mi cerebro se siente como si estuviese lleno de cartón mojado. Voy a la cocina, no recuerdo para qué, me siento tonto, luego como un biscocho. No ayuda.
Es hora de un paseo. ¿Pero adonde? Todos saben que un corto paseo, aunque sea alrededor de la manzana, hace maravillas para la mente. Pero lo que el nuevo estudio revela es que si quieres volver con la energía cerebral mejorada el decorado de la ruta de la caminata importa.
Investigadores de la Universidad de Michigan realizaron diversos estudios para comprobar esto (Berman, Jonides & Kaplan, 2008; PDF). Los resultados mostraron que la gente mejoraba mucho en los tests de memoria, casi un 20 por ciento, luego de haber caminado entre los árboles. Mientras que quienes pasearon por una calle atestada de edificios, no mejoraron nada.
En otro estudio comprobaron también que mirar imágenes de paisajes naturales también mejoraba nuestra memoria, si bien no al grado de un paseo.
Pero al mismo tiempo han descubierto por qué la gente que vuelve a casa desde el trabajo queda agotada del viaje, en horarios pico, con transportes atestados de gente, congestionamiento de autos y autobuses, bocinas sonando, etc. Nuestro cerebro se cansa.
Esto, según Kaplan (1995), es porque nuestra atención se divide en dos tipos. La atención involuntaria que es atraída por lo que sea más inmediato para nuestra supervivencia. No tenemos control esta y en consecuencia es muy difícil ignorar cosas como un autobús viniendo contra nosotros.
Luego está la atención directa, que es la que usamos para invalidar nuestra atención instintiva o involuntaria. Nos permite resolver conflictos como por ejemplo que estamos en más peligro por culpa de un coche que está sobrepasando a ese autobús. La atención directa es de vital importancia para nuestra memoria a corto plazo.
Si cruzamos una calle nuestra atención involuntaria es tironeada de un lado a otro por todo tipo de estímulos. Hay gente también que debemos esquivar, señales de cruce, sirenas de policía a la distancia, autos, autobuses, motos, etc. Todo ese “ruido” mental hace que estemos todo el tiempo en estado de atención, lo que cansa al cerebro.
En comparación, una escena natural sólo pone a trabajar a nuestra atención involuntaria de forma modesta, lo que permite que nuestra mente descanse.
Así que pare descansar nuestro cerebro nada mejor que un paseo al aire libre por alguna zona tranquila, rodeada de árboles. Pero si no podemos, mirar durante un rato imágenes de naturaleza ayuda aunque sea un poco.
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