jueves, 23 de septiembre de 2010

Infidelidad: ¿lo debo confesar?

Fuente: http://es.tendencias.yahoo.com/sexo-amor/infidelidad-%C2%BFlo-debo-confesar-article-m0da.html

La infidelidad es una de las causas más comunes de los problemas de una pareja. Aunque la confesión de la infidelidad puede acarrear diversas reacciones, en general se instaura un clima de sospecha. Entonces, en caso de echar una cana al aire, ¿es necesario hablarlo?

Doctissimo - lunedì 20 de set, 2010 10:00
Infidelidad: ¿lo debo confesar?
© Jupiter
No sabes qué ha pasado, ni cómo ha pasado… Pero has sido infiel a tu pareja. ¡Y no sabes si debes reconocérselo! Según ciertas revistas femeninas, “es preferible ser fiel si no eres capaz de tener el pico cerrado”. Entonces, ¿confesarlo o callarse? Según Gérard Decherf, doctor en psicología en París, las reacciones dependen de la personalidad. “Existen tres tipos de nivel de evolución de los individuos”, precisa. Cada persona reacciona de una forma u otra en función de su propio nivel de evolución.

Personalidad “narcisista”: no digas nada

“El primer nivel es el funcionamiento de tipo narcisista”, explica G. Decherf. Esta categoría afecta al individuo que, en el fondo, no ha renunciado a su estado de infancia. Desea recuperar los beneficios de la etapa infantil, caracterizada por un sentimiento de posesión absoluta. En este caso, la persona se centra sólo en sí misma. Busca sentirse segura por sus cualidades físicas e intelectuales. En este caso, la infidelidad no se dirige en contra del otro: permite, de hecho, reforzar la estima en sí mismo. En este caso, hablar con tu pareja sobre tu pequeño lío acarrea el riesgo de hacerle sufrir inútilmente. Es preferible que la persona narcisista empiece a realizar un trabajo en sí mismo para recuperar confianza.

Personalidad “genital”: sinceridad ante todo

Al contrario del funcionamiento de tipo narcisista, existen personas que se caracterizan por un funcionamiento de tipo genital, “menos marcado por la huella de la infancia”, subraya Gérard Decherf. Las parejas genitales, también denominadas “adultas”, evolucionan en una verdadera relación en la que ambos existen de la misma forma: se conocen sus necesidades y su satisfacción. La personalidad “genital” se siente respetada. En cualquier pareja, para preservar una relación de calidad, se debe tener en cuenta al otro. Y, cuando aceptamos a nuestra pareja en su totalidad, el hecho de no confesar una infidelidad puede parecer incongruente.
La sinceridad también es fundamental en el caso de aquellas personas que tienen un funcionamiento de tipo genital. Confesar una relación pasajera no pone en peligro la relación, ya que la otra persona es capaz de soportar la verdad. En cambio, una infidelidad más importante debe ser confesada con mucho tacto.

Personalidad “narcisista perversa”: decirlo todo para hacer sufrir

El tercer tipo de personalidad afecta a los individuos con un funcionamiento narcisista asociado a un funcionamiento perverso. En este caso, la infidelidad está relacionada con la propia pareja. Es la pareja quién se siente aludida. Esto se explica por el temor de perder al otro. Para intentar mantener a su pareja, se utilizan trucos parecidos al chantaje, como por ejemplo: “yo podría conocer a alguien que me hiciera más feliz”, o “si quieres que siga contigo, deberás cumplir todas mis exigencias”. La influencia caracteriza la relación. En este caso, la infidelidad no queda en silencio, sino que aparece como un arma para tener al otro y, finalmente, para hacerle sufrir.
Las tres personalidades descritas anteriormente inducen, pues, a reacciones distintas. En todos los casos, lo importante es el respeto a la pareja, lo cual suele pasar por la palabra.

martes, 14 de septiembre de 2010

Los cuatro acuerdos de Miguel Ruiz.

Los cuatro acuerdos de Miguel Ruiz.

"No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento".

Miguel Ruiz Los cuatro acuerdos.

"No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento". (Miguel Ruiz).

La domesticación y el sueño del planeta.

¿Son las cosas como las vemos, como las sentimos, o básicamente interpretamos lo que nos han enseñado a interpretar?
Para la milenaria cultura tolteca (México) la "realidad" que asumimos socialmente no es más que un sueño colectivo, el sueño del planeta. Desde el momento mismo de nacer, interpretamos la realidad mediante acuerdos, y así, acordamos con el mundo adulto lo que es una mesa y lo que es un vestido, pero también lo que "está bien" y lo que "está mal", e incluso quiénes somos o cuál es nuestro lugar en el mundo (en la familia, en clase, en el trabajo). A este proceso el filósofo mexicano de origen tolteca Miguel Ruiz lo denomina domesticación.
"La domesticación es tan poderosa que, en un determinado momento de nuestra vida ya no necesitamos que nadie nos domestique. No necesitamos que mamá o papá, la escuela o la iglesia nos domestiquen. Estamos tan bien entrenados que somos nuestro propio domador. Somos un animal autodomesticado".


El juez y la víctima.

En el transcurso de este aprendizaje incorporamos en nuestra propia personalidad al juez y a la víctima.
El juez representa esa tendencia en nuestra mente que nos recuerda continuamente el libro de la ley que gobierna nuestra vida -lo que está bien y lo que está mal-, nos premia y, más frecuentemente, nos castiga. La víctima es esa parte en cada persona que sufre las exigencias de su propio juez interior. Sufrimos, nos arrepentimos, nos culpabilizamos, nos custigamos por la misma causa una y otra vez, cada vez que el recuerdo nos pasa factura.
Y como consecuencia del propio sistema, el miedo se instaura en nuestra vida.

El miedo y las autoexigencias son los peores enemigos de nuestro pensamiento, y por ende, de nuestra vida. Durante el proceso de domesticación nos formamos una imagen mental de la perfección, lo cual no está mal como camino marcado a seguir. "El problema es que como no somos perfectos nos rechazamos a nosotros mismos. Y el grado de rechazo depende de lo efectivas que han sido las personas adultas para romper nuestra integridad", según M.R.

Si el libro de la ley que gobierna nuestra vida (nuestra moral, nuestra lógica, nuestro "sentido común") no cumple sus objetivos, que en su base fundamental consistiría en hacernos seres humanos felices y en armonía, es porque evidentemente éste no funciona. Y como no funciona hay que cambiarlo. Y ello lo hacemos revisando nuestros acuerdos (nuestra interpretación incuestionable, nuestro sistema de valores), desenmascarando los que no valen y sustituyéndolos por otros.

La filosofía tolteca nos propone cuatro acuerdos básicos:


1. Sé impecable con la palabra.

Las palabras poseen una gran fuerza creadora, crean mundos, realidades y, sobre todo, emociones. Las palabras son mágicas: de la nada y sin materia alguna se puede transformar lo que sea. El que la utilicemos como magia blanca o como magia negra depende de cada cual.
Con las palabras podemos salvar a alguien, hacerle sentirse bien, transmitirle nuestro apoyo, nuestro amor, nuestra admiración, nuestra aceptación, pero también podemos matar su autoestima, sus esperanzas, condenarle al fracaso, aniquilarle. Incluso con nuestra propia persona: las palabras que verbalizamos o las que pensamos nos están creando cada día. Las expresiones de queja nos convierten en víctimas; las crítica, en jueces prepotentes; un lenguaje machista nos mantienen en un mundo androcéntrico, donde el hombre es la medida y el centro de todas las cosas, y las descalificaciones autovictimistas (pobre de mí, todo lo hago mal, qué mala suerte tengo) nos derrotan de antemano.
Si somos conscientes del poder de nuestras palabras, de su enorme valor, las utilizaremos con cuidado, sabiendo que cada una de ellas está creando algo. La propuesta de Miguel Ruiz es, por tanto:
"Utiliza las palabras apropiadamente. Empléalas para compartir el amor. Usa la magia blanca empezando por ti. SÉ IMPECABLE CON LA PALABRA".

Haz siempre lo mejor que puedas.

El cuarto y último acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados: haz siempre lo máximo y lo mejor que puedas. Siendo así, pase lo que pase aceptaremos las consecuencias de buen grado. Hacerlo lo mejor posible no significa que tú y yo tengamos que hacerlo de la misma manera, ni siquiera que mi respuesta en estos momentos sea la misma que en otro que me siento cansada, o no he dormido bien, o me siento llena de amor y confianza y tremendamente generosa. Se podría decir que en cada momento de nuestra vida somos diferentes, en unas circunstancias y con unas limitaciones concretas. A veces podemos responder a lo que interpretamos como una "provocación" con una sonrisa irónica o divertida, con sentido del humor, o con una carcajada retadora, o incluso a gritos. Pero siempre podemos intentar ser impecables con la palabra, no tomárnoslo personalmente y no sacar conclusiones precipitadas... dentro de nuestras limitaciones físicas, anímicas y en general, de cada momento. Si lo intentamos, de la mejor manera que podemos, ya es suficiente.
"Verdaderamente, para triunfar en el cumplimiento de estos acuerdos necesitamos utilizar todo el poder que tenemos. De modo que, si te caes, no te juzgues. No le des a tu juez interior la satisfacción de convertirte en una víctima. Simplemente, empieza otra vez desde el principio."

Con la práctica será cada vez más fácil hasta que, sorpresa, la identificación es prácticamente completa y los cuatro acuerdos forman parte de nuestra manera de ser. Simplemente somos así.

Sin duda nuestra vida será más sencilla y satisfactoria, para nosotras mismas y para las demás personas que nos rodean.


(Sobre el libro de Miguel Ruiz, "Los cuatro acuerdos", Editorial Urano).

No hagas suposiciones.

No hagas suposiciones.

Tendemos a hacer suposiciones y a sacar conclusiones sobre todo. El problema es que al hacerlo creemos que lo que suponemos es cierto y montamos una realidad sobre ello. Y no siempre es positiva o está guiada por la confianza o el amor, sino más frecuentemente por el miedo y nuestra propia inseguridad.
Deduzco que alguien se ha enfadado conmigo porque no respondió a mi saludo al cruzarnos y mi mente organiza toda una realidad sobre eso. Y se rompen puentes entre la otra persona y yo, difíciles de salvar. Lo mismo con nuestra pareja, con la vecina, con la escuela. Creamos realidades en base a comentarios o elementos sueltos (cuando no en base a chismes malintencionados).
"La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden claras... e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular", insiste Miguel Ruiz. En última instancia y si te dejas guiar por la buena voluntad, siempre te queda la confianza... y la aceptación.
Nunca nada que pasa fuera es personal. Pero en cualquier caso, NO SAQUES CONCLUSIONES PRECIPITADAMENTE.

No te tomes nada personalmente.

Cada cual vive su propia película en la cual es protagonista. Cada cual afronta su propia odisea viviendo su vida y resolviendo sus conflictos y sus miserias personales. Cada cual quiere sobrevivir el sueño colectivo y ser feliz. Y cada cual lo hace lo mejor que puede dentro de sus circunstancias y sus limitaciones.
Las demás personas sólo somos figurantes en esa película que cada cual hace de su vida, o a lo sumo personajes secundarios. Si alguien me insulta por la calle (o yo lo percibo así) con casi toda seguridad no tiene nada o muy poco que ver conmigo; es simplemente su reacción a algo que está pasando fuera (un mal día con su pareja o en el trabajo, una discusión con su hija), o más probablemente dentro (preocupaciones, ansiedad, frustración, impaciencia, una gastritis o un dolor de cabeza).
La impaciencia o las exigencias de tu pareja, de la vecina del rellano o de la cajera del supermercado, las críticas de tu hijo o en el trabajo, nada de eso es personal. Cada cual está reaccionando a su propia película.

Hay mucha magia negra fuera, lo mismo que la hay dentro de ti misma, o de mí. En cualquiera, en algún momento de su vida, en algún momento del día. Todo el mundo somos "depredadores emocionales" alguna que otra vez.
"Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los magos negros... Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te tomas las cosas personalmente serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno", asegura Miguel Ruiz.

Comprender y asumir este acuerdo nos aporta una enorme libertad. "Cuando te acostumbres a no tomarte nada personalmente, no necesitarás depositar tu confianza en lo que hagan o digan sobre ti las demás personas. Nunca eres responsable de los actos o palabras de las demás personas, sólo de las tuyas propias. Dirás "te amo" sin miedo a que te rechacen o te ridiculicen". Siempre puedes seguir a tu corazón.
Respecto a la opinión ajena, para bien o para mal, mejor no depender de ella. Ésa es otra película. NO TE TOMES LAS COSAS PERSONALMENTE.

Los cuatro acuerdos

Los cuatro acuerdos es un ensayo neutorológico escrito por el médico mexicano Miguel Ruiz que está basado en la sabiduría de los antiguos toltecas. Relata la cosmovisión que debería tener un ser humano para estar en equilibrio personal, teatral, diferencial, emocional, mental y social.
Para lograrlo se debe, en primer lugar, entender que todos los humanos tienen un complejo sistema de creencias (cosmovisión) o paradigma, adquirido por influencia social, familiar, educacional, y que con frecuencia dichas creencias adquiridas los perturban mental, emocionalmente, creando infelicidad; en segundo lugar, aprender que se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad. Para lograrlo, se pueden poner en práctica los cuatro acuerdos (4 dogmas), que son los siguientes:
  1. "Sé impecable con tus palabras".
  2. "No te tomes nada personalmente".
  3. "No hagas suposiciones".
  4. "Haz siempre lo máximo que puedas".

jueves, 9 de septiembre de 2010

Abraham & Hicks y la apreciación

Fuente: http://www.creaturealidad.com/blog/abraham-hicks-y-la-apreciacion/

Este es un hermoso fragmento del boletín de Abraham & Hicks, nos trae el concepto de apreciación y tal como lo percibo es importante en extremo ya que nos conecta con aquello a lo que Abraham & Hicks dan más importancia, se trata de un sentimiento de plenitud, de regocijo, de amor y de paz, de saber a ciencia cierta.




Aquí tienen el texto:



Amor y apreciación son vibraciones idénticas. Apreciación es la vibración que te alinea con lo que realmente eres. Apreciación es la ausencia de todo lo que se siente mal y la presencia de todo lo que se sienta bien. Cuando te enfocas en lo que deseas, cuando cuentas la historia de lo que quieres en la vida, cómo quieres que sea tu vida te acercarás más y más al lugar de la apreciación, y cuando la alcanzas, te pondrá en la dirección de todas las cosas que consideras buenas en tu vida y lo hará de una manera muy, muy poderosa.



Agradecer por cada pequeña cosa en nuestra vida es una manera de ponernos cerca de este estado de apreciación. Agradecer por aquello que has dado por descontado toda tu vida. Agradecer por las personas en tu vida. Y agradecer por anticipado a Dios o la vida por todas las maravillas que vivirás en adelante. No puedes cambiar tu presente, pero sí tienes un dominio total sobre tus pensamientos, los que estás generando ahora mismo, entonces pregúntate:



¿Estos pensamientos y emociones respaldan mis anhelos y deseos más profundos?



Si lo que sientes es angustia, frustración o impotencia entonces tus pensamientos no respaldan tus deseos, en consecuencia seguirás manifestando más y más de lo mismo en un círculo vicioso.



Si esos pensamientos se sienten bien, te generan amor, paz, alegría, regocijo quiere decir que sí respaldan tus deseos y te llevan al estado de apreciación que nos narran Abraham & Hicks en este texto.

Sistemas de creencias sobre la riqueza que usa la gente exitosa

Fuente:  http://www.creaturealidad.com/blog/sistemas-de-creencias-sobre-la-riqueza-que-usa-la-gente-exitosa/
Por Anthony Robbins, escritos en mis palabras :




1- Todas las personas exitosas tienen la habilidad de centrarse en lo que pueden obtener de positivo en una determinada circunstancia. No importan cuán negativa parezca dicha situación, todo sucede por una razón y siempre se puede hallar esa razón. Esto me recuerda una de las frases más comunes de Napoleon Hill que se encuentra en la entrada anterior “toda adversidad lleva consigo la semilla de un beneficio similar o superior”.



2- No existe el fracaso (ya habíamos hablado sobre este tema, clic aquí). Casi todas las personas hemos aprendido con los años a centrarnos mucho en nuestros “fracasos” y les damos demasiada importancia hasta el punto de llegar a bloquearnos por completo ante la aparición de uno. Las personas exitosas saben que el fracaso definitivo no existe, si fallaron se levantan, vuelven a comenzar, aprenden de su experiencia, sacan algo positivo de allí, emprenden nuevas acciones y finalmente, triunfan, después de uno, dos, tres, cuatro o más intento.



3- Eres el único responsable de tu mundo y de lo que te sucede, las personas exitosas toman responsabilidad por su vida y ante cualquier cosa que les suceda piensan “es mi responsabilidad, la de nadie más, así que me encargaré de ello como mejor pueda”. Esto es mucho más importante de lo que parece, saber a ciencia cierta que somos los responsables del destino que tome nuestra vida nos pone en una situación de completo dominio de lo que hacemos y por qué lo hacemos. No estamos “a merced del destino”.



4- No es necesario dominar absolutamente todo sobre algo en particular, ni saber cómo se hace todo. Las personas exitosas conocen sus mejores habilidades y las usan con maestría.

5- Las personas son el recurso más grande. La gente exitosa sabe que logrará poco trabajando sola. Saben dar valor y amor a las personas que los rodea y saben rodearse de un grupo de trabajo con el que empatizan y al cual a la vez ayudan, en lugar de explotar o manipular.



6- El trabajo es divertido. Nadie ha logrado un nivel de éxito notable haciendo algo que odia. Las personas exitosas hacen de su trabajo un camino de disfrute y aman lo que hacen.



7- Sin compromiso no hay éxito. Las personas que han triunfado y saben que triunfarán, están convencidas de que se requiere compromiso. No se puede lograr un éxito rotundo sin estar muy comprometido con lo que se está haciendo.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Talento vs. Belleza II

3. Ponga su dinero donde está su boca




Cincuenta y nueve por ciento de los jefes de recursos humanos aconsejan pasar el mayor tiempo y dinero posible "asegurándose de que se es atractivo", tanto como se pasa en el perfeccionamiento de un currículo. ¿Valdrá la pena entonces el uso de bótox?



4. Contradicciones para mujeres



Probablemente muchos escucharon la historia de Debrahlee Lorenzana, la mujer de Queens que demandó a Citibank el mes pasado, alegando que fue despedida por ser "demasiado caliente." Independientemente de si hay alguna validez para este caso, las mujeres en sus lugares de trabajo a menudo se enfrentan con una doble situación: se espera que sea sexy, pero puede ser castigada por ser demasiado atractiva. Sesenta y un por ciento de los directores de recursos humanos que se encuestaron -60 por ciento de los cuales eran hombres-, dijeron que creían que una mujer se beneficiaría al usar ropa que luzca su figura en el trabajo. Mientras tanto, el 47 por ciento de los mismos gerentes dijeron que creen que algunas mujeres son castigadas por ser demasiado atractivas en la oficina. En conjunto, las mujeres son proclives a beneficiarse más de su aspecto.



5. Odiamos a la gente obesa, aunque la mayoría de nosotros tiene sobrepeso



Casi el 75 por ciento de los americanos podrían tener sobrepeso, de acuerdo con los Centros de EU para el Control de Enfermedades, sin embargo, se mantiene la discriminación hacía las personas con sobrepeso en el trabajo y en la vida diaria. Dos terceras partes de los gerentes de empresas dijeron que creen que algunos reclutadores dudarían antes de contratar a un candidato calificado que tuviera un sobrepeso significativo.



6. A nosotros también nos disgusta la gente vieja



Ochenta y cuatro por ciento de los directivos dijeron que ellos creen que algunos jefes dudarían antes de contratar a un candidato competente que luzca mayor que sus compañeros de trabajo.



7. Aparentemente pensamos que el "Lookism" es lo correcto



Sesenta y cuatro por ciento de los gerentes de contratación dijeron que ellos creen que a las compañías debería permitírseles contratar a gente basándose en su aspecto –cuando la compañía requiere un empleado para ser la “imagen” de una tienda o empresa de ventas. Pero aquí hay una contradicción: 60 por ciento de ellos también creen que la mayoría de americanos estaría a favor de una ley que diera ilegalidad a la discriminación por contratación con base en la apariencia física. La realidad está igualmente dividida por partes iguales: 46 por ciento del público dijo que ellos estarían a favor de una ley en la que la discriminación basada en la apariencia fuera ilegal.



8. Todavía no se tire por el balcón, la confianza es importante también



La confianza, y la experiencia pueden aún hacer mucho cuando se trata de tener éxito en el trabajo. Recuerde, ambas categorías ocupan el primero y segundo lugar en la lista de los atributos más importantes de los empleados. El prejuicio de la belleza perdura, no obstante sigue habiendo oportunidades para aquellas personas que no son sexys.









El valor de la belleza en el trabajo

La revista Newsweek realizó algunas encuestas a reclutadores y solicitantes de empleo acerca del papel que la belleza tiene en el trabajo. Los resultados conducen a pensar que vale la pena ser atractivo pero, ¿estás de acuerdo?






Talento vs. Belleza



Todos nosotros hemos escuchado historias de cómo la gente atractiva físicamente lo tiene todo más fácil, de cómo los chicos guapos obtienen mejores calificaciones y luego mejores empleos y además obtienen mejor sueldo. La lista de ejemplos es larga.



A pesar de ello, a muchos de nosotros todavía nos gustaría pensar que nos hemos ganado nuestros puestos de trabajo con base en el mérito, y que nuestra habilidad nos llevará muy alto.



Sin embargo sería mejor pensarlo dos veces. En el actual mercado laboral, prestar atención al aspecto personal no es sólo por vanidad, sino por supervivencia económica. Las encuestas de Newsweek sugieren buscar más allá del vestuario y evaluar aspectos como lo “físicamente atractivo”.



Newsweek realizó una encuesta en línea a 202 directores de empresas de contratación, desde empleados de recursos humanos hasta los vicepresidentes de alto nivel, así como una encuesta telefónica a una muestra representativa nacional de 964 miembros del público, sólo para confirmar lo que todo empleado no cualificado quiere admitir: que en todos los elementos del lugar de trabajo, desde la contratación hasta la política de promociones, la apariencia importa, e importa mucho. Newsweek rescata estas:



Interesantes revelaciones



1. La apariencia hace la diferencia en el trabajo.



Cuando se trata de conseguir un empleo, 57 por ciento de los directivos creen que a un poco atractivo candidato (pero cualificado), le será más difícil conseguir un empleo; 68 por ciento creen que, una vez contratados, la apariencia continuará afectando el rendimiento en el ambiente de trabajo. Es una visión que se reforzó entre el público; un tercio de ellos jubilados o en busca de trabajo por sí mismos: el 63 por ciento dijo que ser físicamente atractivo es beneficioso para los hombres que están buscando trabajo, y 72 por ciento dijo que era una ventaja para las mujeres.



2. La apariencia importa más que la educación, aparentemente



Al pedir a los encuestados que evaluaran la importancia de 9 características personales en una escala de uno a 10 (siendo el 10 el más importante), la apariencia se llevó el tercer lugar (con una puntuación media de 7.1), por debajo de la experiencia (8.9) y la confianza (8.5), pero por encima del sitio al que el candidato asistió a la escuela (6.8) y el sentido del humor (6.7). ¿Eso significa que los candidatos deben deshacerse de sus fondos de universidad por una operación de nariz? Probablemente no. Pero sí muestra que no todos los reclutadores están buscando el diploma de de una prestigiosa Universidad.





Las benditas hormonas

Ese bendito olor. Hay una razón por la cual muchas mujeres tienen como fetiche los perfumes caros y sofisticados. Las mujeres odian el mal olor. Algo de lo que muchos hombres no se pueden liberar. Incluso, existen estudios como el de Dalton, realizado en el 2002 que explican que las damas son más sensibles al aroma masculino. Ni hablar si están embarazadas cuando el sentido del olfato se agudiza.




¿Me gusta ser mujer? “Odio mis hormonas”, recalcó Susana Nereida, argentina de 60 años. Ella se suma al millón. Los cambios hormonales de las mujeres más que aliviar la vida la complican. La menstruación y sus dolores, el embarazo y la extrema sensibilidad y por último ¡la menopausia! Con todos los cambios físicos y dificultades que genera. Son vitales, seguro, pero también ¡molestas!



Los hombres que no se comprometen. Muchas mujeres actuales optan por la soledad o por esta suerte de parejas “Light” que se ven cuando lo desean. Sin embargo en algún momento de la vida, muchas damas cambian de parecer. Y quieren compromiso.



Otro estudio del Departamento de Psicología, Universidad de Texas en Austin y el Departamento de Psicología de la Universidad de Florida Atlantic demostró que las mujeres lindas quieren buenos genes, hombres proclives a la paternidad y compromiso emocional. Y si viene todo junto…. Mejor.



¿Cómo se les ocurre? No hay nada menos sexy que un hombre que quiere tener sexo con una mujer sin siquiera intentar besarla antes. Claro, hay estudios que demuestran que a los varones esto de juntar labios no les importa tanto. Pero eso no justifica. Según una investigación publicada en la revista científica Psicología Evolutiva, más del 80 por ciento de las damas no tendrían sexo sin antes besarse con la pareja. Unos besos bien dados harán la diferencia.





Psicóloga aseguró que los niños no necesitan de una figura paterna

Peggy Drexler, autora del libro "Criar niños sin hombres", señaló que su estudio demuestra que la moralidad y masculinidad de un niño pueden cultivarse sin que un padre conviva con él.




La sicóloga estadounidense Peggy Drexler aseguró que la presencia de una figura paterna no es imprescindible para el pleno desarrollo de un niño varón, todo esto basado en una investigación que realizó por más de 10 años.



La autora de "Raising boys without men" (Criar niños sin hombres), que saldrá publicado en edición de bolsillo en octubre tras el éxito -no exento de polémica- de la versión de tapa dura, siguió por una década a más de 60 familias, 30 de ellas madres solteras por voluntad propia.



Sus conclusiones contradicen las de muchos sociólogos, grupos religiosos y expertos de toda clase y condición.



Drexler dice que su estudio demuestra que la moralidad y masculinidad de un niño pueden cultivarse sin necesidad de que un padre conviva con él.



Los niños del libro -"mis niños", como los llama Drexler después de haber compartido con ellos fines de semana, vacaciones y de haber ido incluso a recogerlos al colegio- poseen, según la autora, una mezcla de saludable agresividad y empatía que no observó en todos los hijos de familias con madre y padre.



La sicóloga que reside en Manhattan cree que las madres de su libro tienen la oportunidad de crear un tipo diferente de hombre, fuertes y sensibles capaces de entender que las emociones son normales y valiosas.



La experta señala que existe un grupo en Estados Unidos muy ruidoso que deifica la familia tradicional pero, según dijo, "lo que cuenta es la calidad de la crianza de los hijos, no el número o el sexo de los padres".



"Las veces que un padre (madre y/o padre) cena con sus hijos es un mejor indicativo de cómo serán de mayores que el número o sexo de los padres en la mesa", apuntó.



Drexler precisó, sin embargo, que las protagonistas de "Criar niños sin hombres" son mujeres educadas, de ingresos estables, mayores que la media de madres e informadas sobre cómo criar a un pequeño.



La profesora de sicología de la Universidad Cornell en Nueva York ha tenido que soportar todo tipo de acusaciones por sus desafiantes premisas, hasta el punto que llegó a consultar a una compañía de seguridad por la dureza de algunos correos electrónicos recibidos.



Hubo quien la invitó a emigrar a Europa y quien la tachó de "abominable" y de odiar a los hombres y promocionar la causa gay.



Pero esta madre de dos hijos -una niña de 12 años y un joven de 26- casada desde hace 36 años con el mismo hombre, dice que sus móviles fueron bien distintos a los del odio al sexo opuesto.



"Existe la percepción en Estados Unidos de que la mayoría de los niños estadounidenses crecen en un hogar con un padre y una madre casados, pero en realidad menos del 23 por ciento de los hogares están dentro de esa categoría", recordó la profesora universitaria.



Según las últimas cifras del censo hay además unos ocho millones de mujeres que crían a hijos solas y al menos otras 100.000 familias que tienen dos madres lesbianas.



La sicóloga señala que "el criar a un hijo sola es difícil para cualquier mujer, pero existe una preocupación especial en el caso de las madres con niños varones".



Lo que quiso comprobar Drexler fue si esa preocupación era justificada.



"Existe la percepción de que un niño necesita un hombre en la habitación de la madre para convertirse en hombre y quería ver si ese era el caso, ya que el número de madres solteras o divorciadas ha aumentado desde los tres millones en 1970 a unos ocho millones en la actualidad", dijo la profesional.



La experta puntualiza que "los hombres son muy importantes para los niños (...) pero lo que no encuentran en casa pueden descubrirlo en la sociedad a su alrededor".



"Hay un montón de modelos, buenos y malos, en la escuela, en las áreas de juego, en los libros y en la televisión que un niño puede descubrir. Ninguna familia puede ofrecer todos los modelos", concluye la ssicóloga neoyorquina, quien pese a las críticas también ha encontrado partidarios.



Entre los que se han puesto en contacto con ella tras la publicación del libro figura la madre del ciclista estadounidense Lance Armstrong, que crió sola a su ahora famoso hijo. (EFE)



El dinero sí puede comprar la felicidad, al menos hasta cierto punto, según los resultados de un nuevo estudio.


WASHINGTON (AP) - El dinero sí puede comprar la felicidad, al menos hasta cierto punto, según los resultados de un nuevo estudio.


El bienestar emocional de los estadounidenses, su felicidad, aumenta a medida que sus ingresos se incrementan hasta que tocan los 75.000 dólares anuales, según un reporte publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.





Para quienes ganan menos de 75.000 dólares, dijo Angus Deaton, un economista con el Centro de Salud y Bienestar de la Universidad de Princeton, "las cosas están tan lejos que es difícil ser feliz. Interfiere con el disfrute".





Deaton y Daniel Kahneman analizaron las respuestas de 450.000 encuestados en Estados Unidos. El estudio de campo se realizó entre 2008 y 2009 para el Indice de Bienestar Gallup-Healthways. En la encuesta se incluyeron preguntas sobre la felicidad cotidiana de la gente y lo satisfecho que estaban con sus vidas, en general.





La felicidad aumentó a medida que se incrementaron los ingresos, pero ese efecto se anuló al llegar a los 75.000 dólares, dijo Deaton. Sin embargo, su percepción general de éxito o bienestar siguió aumentando a medida que sus ingresos superaron ese punto.





"El darle a la gente ingresos superiores de los 75.000 no va a ayudarlos mucho en su humor diario ..., pero los hará sentir que tienen una vida mejor", dijo Deaton en una entrevista.





Alguien que pasa de un trabajo en el que gana 100.000 dólares al año a uno que le paga 200.000 percibe más éxito, pero eso no necesariamente implica que sea más feliz en el día a día, dijo Deaton.





Asimismo, la gente estaba mucho más feliz los fines de semana, pero eso no aumentó su percepción general de bienestar, dijo.





Kahneman, un psicólogo ganador del premio Nobel, y Deaton desarrollaron el estudio para saber más sobre crecimiento económico y políticas públicas. Algunas investigaciones han puesto en duda el valor del desarrollo económico para las personas.





Deaton dijo que están lejos de resolver el asunto, pero añadió: "Trabajar en este proyecto me ha traído mucho bienestar emocional. Como economista tiendo a pensar que el dinero es bueno para ti y me complace encontrar alguna evidencia de que es así".





El estudio fue apoyado por la Organización Gallup y el Instituto Nacional de la Edad.