Después de "Inteligencia emocional" de Daniel Goleman, y tras leer otros libros totalmente diferentes como "El nombre de la rosa" (el cual recomiendo aquí de paso si no lo habéis leído), me volví a topar con otro ensayo científico sobre las emociones: "El viaje a la felicidad". Este es un título que podría a priori inducir a pensar que estamos ante un libro más de autoayuda, de los cuales no soy ningún amante, pero no es el caso, sino que este es mas bien un libro que yo definiría como de "autoconocimiento". Considero esta una diferencia muy importante a tener en cuenta ya que mientras los primeros te dan peces, los segundos te enseñan a pescar, lo cual requiere más esfuerzo y dedicación a largo plazo, pero es mucho más importante y personalizado.
Este libro es también otra prueba más de que por fin la comunidad científica ha dejado atrás viejos conceptos sobre la inteligencia y sobre la "vulgaridad" de los sentimientos y se está dando cuenta de la importancia de las emociones en el ser humano y en el resto de los animales. Una de las cosas que intenta dejar claras Eduard Punset con este libro es que la felicidad es precisamente eso, una emoción, y que como todas las emociones, viene y va, no se puede estar constantemente feliz como no se puede estar constantemente triste o constantemente enamorado, las emociones no existen de forma absoluta, por suerte, ya que si alguien estuviera constantemente enamorado parecería un lelo y una persona constantemente feliz parecería que esta drogada. En mi opinión, los momentos de amor y felicidad son tan necesarios en la vida como los momentos de sensatez.
Una de las cosas que aprendí del libro "Inteligencia emocional" que mencionaba antes, es que toda emoción, sea buena o "mala" tiene su función. Así, al igual que la tristeza sirve para que concentremos la mayoría de nuestros pensamientos en la causa de nuestro dolor para poder ir asumiéndolo y buscando soluciones poco a poco y de una manera natural al mismo tiempo que indicamos a los demás que necesitamos ayuda, o el amor sirve para concentrar todo nuestro poder de seducción en una persona y no dispersarlo en todas las que nos parecen atractivas, la felicidad no podía ser menos y como todas las emociones tenia que tener su cometido.
Uno de los matices de este cometido lo presenta Punset en forma de reflexión al darse cuenta de que Pastora, su perra, daba muchas más muestras de felicidad momentos antes de darle de comer, mientras Eduard preparaba la comida, que una vez había depositado el plato en el lugar correspondiente para ello. Una vez que Pastora tenía su comida al abasto, cesaba de mover la cola y dar saltos y se ponía a comer pausadamente. Este hecho tan simple le y nos sirve para reflexionar y ver la felicidad como un posible mecanismo o fuerza que nos da ánimo, vitalidad y positivismo para conseguir un objetivo (la comida en el caso de Pastora) y que, una vez conseguido se vuelve innecesario y quedamos en un estado tranquilo de satisfacción y bienestar.
Con esta anécdota Punset nos presenta una de las variantes de la formula de la felicidad que nos expone al final del libro: la búsqueda. Si lo miramos de manera objetiva, la felicidad es más bien la emoción de la búsqueda y de la expectativa ante algo que esperamos, como un encuentro sexual o empezar un nuevo y deseado trabajo, y no la consecución de dicho objetivo o proyecto, o que como él dice textualmente «la felicidad está en la sala de espera de la felicidad».
Otra definición sobre la felicidad que nos proporciona el libro es que lo opuesto de la felicidad no es la tristeza, sino el miedo, es decir, que la felicidad es literalmente la ausencia de miedo. Esta me parece una síntesis tan sencilla como genial, ¿Cómo sino podríamos explicar que cuando una persona es feliz es cuando menos miedo tiene a morir? Es sólo cuando alguien empieza a tener miedo de que se acabe su situación de felicidad cuando ya está dejando de ser feliz. En este punto es donde nos encontramos con uno de los mayores factores que por nuestra condición de humanos entorpecen el camino a la felicidad y donde realmente radica nuestra diferencia con el resto de los animales, la capacidad de generar miedo donde no lo hay.
El miedo provoca estrés, pues bien, resulta que hasta este cabroncete que trae de cabeza a toda la sociedad del "bienestar" tiene su función biológica, otra cosa es en la medida en que se de, pero función la tiene. El estrés solo se puede entender si se ve desde una perspectiva de animal y no de ser humano occidental, se podría definir como un estado de alerta provocado por diversos miedos, miedos que nos advierten de un peligro, y el cuerpo, para estar preparado para afrontar ese peligro, disminuye todas las funciones mentales y corporales que en ese momento no sirvan para eso mismo, a las que en ese momento considera superfluas. Como cita Robert Sapolsky, un científico al que Punset entrevista en el libro, «Si te persigue un león, tu cerebro deja para otro día la ovulación, retrasas la pubertad, ni se te ocurre crecer, ya digerirás más tarde, pospones la fabricación de anticuerpos para la noche, si todavía estas vivo... Se trata de eliminar todo lo que no sea esencial. El problema es que nosotros, como primates muy sofisticados que somos, podemos iniciar exactamente el mismo proceso de respuesta al estrés a raíz de un estado psicológico, un recuerdo, una experiencia, una emoción, pensando algo que puede ocurrir dentro de treinta años o que tal vez no ocurra nunca». El estrés esta hecho pues para salvarnos en situaciones de peligro de varios minutos, pero ni que decir tiene los estragos que para nuestro organismo puede tener una situación de estrés provocada por un miedo o una preocupación permanentes.
El aspecto positivo de todo lo anterior es que así como tenemos la capacidad de generar respuestas de estrés ante situaciones de peligro o preocupación imaginadas, también la tenemos para gozar de los beneficios fisiológicos que nos produce imaginar situaciones placenteras o positivas. Así, las personas más optimistas son más felices y al mismo tiempo como son felices son más optimistas. Esta claro que la cosa no es tan fácil como que uno decida ser más optimista y en consecuencia, más feliz, ya que ser optimista o ser pesimista, más que hacerse, se nace. Lo cual nos lleva a la siguiente conclusión expuesta en el libro: si hay gente nace con una predisposición mayor a ser optimista, y ser optimista está demostrado que es uno de los factores que ayuda a ser feliz, ¿no sería lógico pensar que las personas nacemos con una cierta capacidad innata para ser felices? La respuesta de Eduard Punset no solo es que sí, sino que va más allá diciendo que tenemos tanto control sobre nuestra capacidad de ser felices como la tenemos sobre nuestro peso. Una persona que nazca con un problema de sobrepeso lo tendrá inmensamente difícil para alcanzar una figura escultural, y en menor grado, así como una persona puede ser propensa a acumular grasas, también puede serlo a acumular pensamientos negativos. Podemos intentar llevar una vida saludable para ambos casos, pero al final todo depende de nuestra reacción en base a nuestra capacidad física y mental.
Todas estas conclusiones y observaciones, además de otras no menos importantes y curiosas que no comentaré porque creo que ya me estoy enrollando bastante, nos llevan al final del libro al planteamiento de una formula matemática para la consecución de la felicidad que nos presenta nuestro amigo de lenta conversación el señor Punset y que es básicamente es el cociente de la suma de los factores que aumentan la felicidad, por el de los que la reducen o limitan. Bajo mi punto de vista, no hay que hacerle mucho caso a nivel matemático, pero sí es interesante porque sintetiza una serie de factores que cabe tener en cuenta y a los que vamos llegando a través de la lectura de todo el libro, por lo que es necesario leerlo para comprenderlos mejor. A modo de resumen son los siguientes:
FACTORES REDUCTORES DEL BIENESTAR (R)
- Ausencia de desaprendizaje: Desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado es mucho más importante que aprender. Los pensamientos y convicciones que no hemos sometido al análisis y a la experiencia propia son un peso añadido para el viaje a la felicidad.
- Recurso a la memoria grupal: Debemos filtrar todas las instrucciones inspiradas en lo que Punset llama la "memoria grupal" y que a mi entender es lo que nosotros llamamos cultura popular.
Lo que yo creo que se resume en estos dos puntos es que para ser felices debemos fomentar el pensamiento individual y la personalidad, puede que cosas "de toda la vida" estén totalmente equivocadas o por el contrario sean del todo ciertas, pero en cualquier caso, lo que es necesario es que seamos nosotros mismos los que lleguemos a una u otra conclusión. Eso es lo que nos produce verdadera satisfacción y autoestima.
- Interferencia en los procesos automatizados: Este es un punto que no acabo de entender. Pero nos viene a decir que sólo un 5% de la capacidad de nuestro cerebro gestiona procesos de naturaleza consciente. Por lo tanto es totalmente inútil destinar parte de esos recursos a intentar coordinar lo que ya se coordina por si sólo, tanto a nivel fisiológico como sociológico.
- Predominio del miedo: Como ya hemos dicho, la felicidad es la ausencia del miedo, son esos pequeños o incluso grandes temores los que van minando nuestro ánimo, cuanto menos predominio del miedo, más felicidad. Si acaso es imposible que desaparezca, al menos debemos intentar que en lugar de ser agobiante, sea un estímulo positivo.
LA CARGA HEREDADA EN LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD (C)
Estos son factores, que como la palabra indica, son una carga que heredamos ya sea por circunstancias genéticas o socioculturales, que nos dificulta la consecución del tan ansiado objetivo de ser feliz. Cabe tener muy presente pues que algunos de los factores que influyen en nuestra felicidad, se escapan totalmente de nuestro alcance y control.
- Mutaciones lesivas: Como dice Punset, «Todos somos mutantes, cada embrión genera entre tres y cuatro mutaciones exclusivas que van en detrimento de la salud». Hay en mi opinión, que ser conscientes pues, de que igual que tenemos nuestras limitaciones para ser atletas, o ser personas con mucha verborrea al hablar, también las tenemos para ser felices.
- Desgaste y envejecimiento: Nuestro desgaste es inevitable. Tenemos cierto control sobre nuestra esperanza de vida por ejemplo en cuanto a las sustancias que ingerimos, pero en realidad depende más bien de los factores externos, como la contaminación, la calidad de vida, los avances científicos, en fin, cosas que escapan bastante a nuestro alcance, al igual que nuestra disposición genética.
- Ejercicio del poder político: Punset considera el ejercicio político como una carga heredada, ya que es un aspecto cultural y los ritmos de los cambios culturales son muy lentos, por lo que afectan a bastantes generaciones desde su nacimiento. Una de las causas de la infelicidad es la sensación de pérdida del control de la situación, así, un sistema no democrático o la presencia de la corrupción en el gobierno, incide muy significativamente sobre los índices de felicidad, dado que estas cosas se escapan bastante de nuestro control.
- Estrés imaginado: Ya hemos explicado los efectos del estrés en nuestro cuerpo y nuestra capacidad para generarlo sólo con imaginarnos una situación desagradable, por lo tanto cabe considerar este factor como muy importante. Punset coloca este punto también en el grupo de los de carga heredada, porque realmente es algo que va dentro de nosotros mismos, aunque de todas maneras, puede mitigarse.
FACTORES SIGNIFICATIVOS EN LOS ÍNDICES DE FELICIDAD (S)
Ahora vienen los factores que se consideran positivos para una vida feliz, que se encuentran en el numerador de la fórmula de la felicidad y que son los siguientes:
- Emoción al principio y al final de un proyecto (E): El factor fundamental para la felicidad es canalizar la emoción hacia la vida cotidiana. La E de emoción multiplica a los demás factores positivos en el numerador de la fórmula, si es cero, nada de todo lo restante tendrá valor. Cabe hacerse la pregunta pues de ¿Me emociona este proyecto o esta relación? No tiene porque emocionarnos necesariamente, pero los últimos datos científicos indican que una repuesta negativa presupone que, por muy conveniente o sensato que sea el proyecto, difícilmente tendrá un impacto significativo en los índices de felicidad. Todas nuestras elecciones, lo creamos o no, vienen dadas por la emoción que sentimos ante una u otra situación, eso es lo que ha hecho avanzar nuestra especie, muchos de los avances científicos o sociales que han cambiado el curso de nuestra historia, no habrían podido llevarse a cabo si se hubieran evaluado objetivamente las posibilidades de éxito, lo que impulso a realizar estas hazañas fue la emoción que sentían al hacerlo las personas que las realizaban. Actualmente se está estudiando incluso, implantar en robots sistemas de "respuestas emocionales" para ayudarlos a elegir.
- Mantenimiento y atención al detalle (M): Desde hace pocos años la esperanza de vida se ha triplicado prácticamente, y nuestro cuerpo, aún no se ha adaptado a este cambio dada la rapidez evolutiva con que se ha producido, esto ha traído como consecuencia que aún se destinen genéticamente recursos para el mantenimiento y regeneración de las células para una vida que apenas supera los treinta años, edad (no por casualidad) en que empezamos a envejecer. Resulta evidente que la consecución de la felicidad exige reducir drásticamente los recursos destinados a la perpetuación de la especie y a la inversión, y un aumento correlativo de los recursos asignados a las tareas de mantenimiento, por lo que cabe tener esto presente en todas nuestras acciones futuras. Esto se traduce por ejemplo en medidas como tener menor número de hijos y más cuidados para los pocos que se crían, o en la realización de cuantiosos desembolsos en la mejora de la calidad de vida. Esta filosofía es aplicable tanto en factores tan importantes como estos últimos como en las cosas a priori más insignificantes, lo que requiere pues un cambio de estrategia psicológica que consiste en incorporar el gusto característico del resto de los animales por el detalle, renunciando en parte a la querencia humana por la idea o el conjunto de la obra, las ideas son importantes, pero no hay que olvidar que son un conjunto de detalles.
- Disfrute de la búsqueda y la expectativa (B): En la búsqueda y en la expectativa radica la felicidad, en la vida cotidiana esto supone cambiar el ensimismamiento por el espíritu multidisciplinar y la capacidad metafórica. ¿Que mejor que ser capaces de mostrar ilusión ante una variedad grande de temas? ¿Qué mejor que aumentar nuestra capacidad metafórica y de reflexión para que hasta una piedra nos pueda llevar a sentir cosas? En conclusión, el placer, el bienestar y la felicidad residen en el proceso de búsqueda y no tanto en la consecución del bien deseado. La felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad.
- Relaciones personales (P): Punset considera este factor la excepción que confirma la regla de que los grandes mitos de la felicidad, como salud, trabajo, el dinero, etc. no tienen más que un impacto modesto en los índices de nuestra felicidad. Ya en la cuna buscamos rostros y voces ajenas con las que familiarizarnos y aprendemos de los demás. Es algo que llevamos dentro de nosotros mismos, las relaciones interpersonales tienen una incidencia mucho mayor que el clima en los índices de felicidad, y de estas relaciones el amor es la más poderosa.
Definidos pues todos los factores que influyen en la felicidad, la fórmula de la misma queda reflejada de la siguiente manera:
Felicidad = E • (M+B+P) / R + C
Esta fórmula, lejos de ser una solución matemática para las personas que no son felices, lo que sí nos sirve es de referencia para saber cuales son los factores que perjudican y los que benefician la consecución de ese tan preciado estado de felicidad.
Es este pues en definitiva, un libro que nos hace ver la felicidad desde una perspectiva interesante, que complementa nuestra visión científica de la vida, la cual considero que es muy necesaria para una mente abierta y completa, un libro que derrumba grandes mitos, como la felicidad suprema o permanente, o la gran importancia que se le da al trabajo o al dinero (una vez superado el nivel de supervivencia claro está), que nos demuestra que lo emotivo y lo ciéntífico no tienen porque estar reñidos, la felicidad es un sentimiento maravilloso, y conocer sus entresijos no resta ni un ápice de su encanto, todo lo contrario, como pasa con tantas otras cosas, conocerla es apreciarla. Así que, Punset, ¿para cuando otro sobre el amor?
Más información:
http://redespunset.blogspot.com/
Un blog sobre el programa de Punset en la 2 "REDES", donde se pueden encontrar entrevistas en las que habla del libro, en "Buenafuente" o "La ventana". También se pueden acceder a la mayoría de los capítulos del programa (los capítulos 363,369,372,373,374 y 394 son sobre la felicidad y las emociones).
http://www.smartplanet.es/punsetblog/
Blog del propio Eduard Punset.
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