martes, 20 de abril de 2010

LA ELECCIÓN DE LA PAREJA

Existe evidencia científica de estudios en psicología social, específicamente en el área de la "atracción interpersonal" de que las relaciones entre hombres y mujeres no se dan al azar o por la tan mencionada "química", "cupido", "atracción magnética", determinaciones del destino y/o a través de cualquier otra explicación popular. Es decir que en principio hay razones psicosociales flexibles de porque se elige (o de como se elige) la persona que tiene la probabilidad de ser un(a) candidato(a) para formar pareja (casarse, convivir y/o compartir).

Muchas, sino la mayoría de las veces, son estas bases de atracción interpersonal las que "sembrarán" el cultivo de la felicidad-infelicidad de la pareja. Algunas variables flexibles de atracción interpersonal son:


Características de personalidad
Nivel socio-económico
Similitud cultural
Atributos físicos
Edad
Similitud de valores y filosofías
Balance y compensaciones de intercambio (los individuos aunque tengan diferencias amplias (por ejemplo, de edad, nivel socio-económico, preparación académica, etc) brindan atributos de balance valioso en intercambio para "haberes personales" en la elección del compañero(a).
Aún hoy día hay poca educación sistemática sobre destrezas y conocimiento en la manera de elegir "racionalmente" la pareja y disminuir de esa manera las posibilidades de fracaso e insatisfacción en la relación.

Si partimos de la idea que conforme a nuestro mejor juicio en un momento dado, hemos elegido un(a) compañero(a) razonablenmente apropiado(a), aún así hay un sinnúmero de fuentes potenciales de roces, problemas y/o conflictos. Esto nos lleva a una de las principales reglas que hay que tener siempre presente para mantener una relación relativamente satisfactoria y saludable. La regla dice:

"En toda relación humana existe el potencial de
conflicto, y en las relaciones más cercanas o íntimas esto parece aumentar por la proximidad y frecuencia de las interacciones. En otras palabras, no hay relaciones humanas libres del potencial de conflictos, ni siquiera en las relaciones de amor por decirlo de esa manera".

Si la relación de la pareja es una estable en términos generales, la posibilidad y/o la aparición de los conflictos no debe ser algo para temer o asustarse y generar una tensión y frustración excesivos. Por consiguiente es muy rercomendable tener una filosofía clara y racional sobre los conflictos. Algunas recomendaciones al respecto son:

Interpretar los conflictos como un aspecto natural de la relación (no quiere decir que nos agraden) cuando surgen.
Verlos como oportunidades para clarificar y solventar diferencias.
Tener la convicción de que enfocados constructivamente, los conflictos producen crecimiento y madurez en la pareja (y hasta en la familia, si la tienen), y fortalecen la relación.
Enfocar los conflictos como medio de desahogo emocional si se trabajan constructivamente. De manera que la expresión de emociones no cause deterioro a la relación.

Algunas fuentes comúnes de problemas o conflicto:

El aspecto financiero
La crianza de los hijos/planificación de los hijos
Relaciones con los parientes
Diferencias de valores, expectativas sobre la relación y filosofías de vida
Diferencias religiosas
Uso del tiempo libre
Las tareas del hogar
El aspecto sexual
Relaciones con las amistades
La carencia de conocimientos y destrezas de comunicación constructiva-efectiva, carencia de conocimientos y habilidades en la solución de conflictos, y carencia de conocimientos y habilidades de negociación ( todo esto dando por descontado que la pareja pueda tener problemas emocionales que les esten perturbando y esto a su vez sea una causa mayor de conflictos).

Volviendo de nuevo al tema de la elección de la pareja y de las primeras etapas que sirven de base a la relación, es de importancia mencionar el papel vital que tienen las expectativas irrealístas y mitos sobre lo que pueden esperar en la relación con la pareja, lo cual puede perdurar por años deteriorando la satisfacción, ya que les lleva a esperar mucho más de lo que verdaderamente van a encontrar adelante en la convivencia diaria.
Algunos mitos y expectativas irrealístas comúnes son:

El amor romántico siempre será el pilar que sostendrá la relación (y este durará por siempre).
Mi pareja sabrá lo que yo quiero sin que se lo diga.
El amor es igual y suficiente para una buena relación sexual.
Cuando me case/cuando tenga un compañero(a) no voy a sufrir penalidades ni frustraciones.
Mi pareja me compensará por todas mis frustraciones pasadas.
Mi pareja siempre estará de mi parte, siempre me será fiel (bajo cualquier circunstancia), y siempre será indulgente cuando mi comportamiento no sea correcto.
Mi pareja y yo seremos inseparables, siempre estaremos juntos y lo compartiremos todo.
Mi pareja me hará felíz.
Si no se identifican y modifican estos mitos en base a las experiencias de la relación con la pareja, obviamente sobrevendrá la insatisfacción; y si se perpetúan llevarán a perturbación emocional. Entonces, la reevaluación de las expectativas sobre la relación con la pareja puede llevar a un equilibrío y mayor satisfacción en la convivencia diaria.

Otra fuente de insatisfacción importante en las relaciones de pareja es la incompatibilidad en una o varias áreas de la relación (entre más importante el área para uno o ambos, mayor la insatisfacción. Sobre todo si fallan las negociaciones para establecer un compromiso que resuelva el problema).

La incompatibilidad a menudo surge al seleccionar al/la compañero(a) de forma superficial y simple, sin conocerlo(a) realmente, o cuando se produce un cambio en una de las dos personas o en ambos. Esto puede ser estímulo para renegociar los roles y responsabilidades, pero también puede llevar a una ruptura de la relación, en especial si la incompatibilidad se presenta en una área central para uno o ambos miembros de la pareja. En este punto, uno o ambos miembros ya no verán la relación como algo importante, y que les vaya a satisfacer en el futuro.

Si la incompatibilidad es en una área menos importante producirá menos insatisfacción y casí no afectará la relación, sobre todo si el/la compañero(a) encuentra una expresión a su deseo que a su vez, sea aceptada por el otro miembro de la pareja.

Según se ha mencionado anteriormente, la experiencia de intervención psicológica con parejas y datos de investigaciones sobre este tema apuntan a que hay por lo menos 3 habilidades fundamentales que pueden ayudar a maximizar la relación satisfactoria de las parejas. Estas son:
La comunicación efectiva
Métodos de solución de conflictos
Métodos para la negociación de conflictos
Un énfasis en este punto es que debe subrayarse el concepto de habilidades aprendidas, ya que son destrezas que a menudo deben aprenderse o perfeccionarse puesto que no son características innatas de las personas. Otro aspecto importante es que estas habilidades se interrelacionan e impactan unas a otras.

La Comunicación Efectiva
Se carateriza por un estilo de relación y/o comunicación que se denomina Asertivo*, el cual representa un balance entre los estílos de comunicación por lo general inefectivos; tales como el tipo pasivo, agresivo y pasivo-agresivo.

La comunicación asertiva conlleva algunos ingredientes de relación efectivos tales como: expresión (positiva y/o negativa) directa, honesta y clara de los sentimientos, pensamientos, necesidades y opiniones, sin herir, humillar o faltar el respeto de manera intencional a la pareja. Es diferente de la llamada "franqueza agresiva".

Es importante:
Lo que se dice (verbal y no-verbalmente)
Cómo se dice
Donde se dice
Otros elementos de la comunicación efectiva son:
Escuchar
Dejar hablar
No-prejuzgar
Flexibilidad
Razonabilidad
Disposición de llegar a acuerdos
Dos destrezas de comunicación efectiva adicionales de mucha importancia se desprenden*:
El manejo y expresion apropiada del coraje y la frustración.
El manejo y expresión apropiada de las críticas.

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