domingo, 18 de abril de 2010

Usando el sol para matar los microbios del agua (SODIS)

Si algún día os encontráis en la necesidad de hacer acopio de agua potable y no contáis con medios químicos ni depuradoras cerca, siempre podréis echar mano del método SODIS. Este método de potabilización es apto con aguas no demasiado turbias (por ejemplo las de un río o un embalse cercano) y en casos de emergencia es muy utilizado en los trópicos por su sencillez y su eficacia a la hora de acabar con los patógenos que provocan la diarrea. Básicamente consiste en llenar botellas de plástico con esa agua y colocarlas a pleno sol durante 6 horas sobre una chapa de metal corrugado (en la foto usan un tejado de zinc por ejemplo).

Si no tienes la suerte de contar con cielos despejados y un sol brillante, esas 6 horas deberán de convertirse en dos días. Los textos que he leído aconsejan batir primero las botellas para oxigenarlas. Lo de usar metal corrugado como base de las botellas se explica porque es el material más empleado en los tejados de las humildes viviendas del tercer mundo en las que el agua corriente brilla por su ausencia. La forma del tejado facilita el soporte de las botellas y al ser de metal también se calientan por la acción del sol, cediendo parte de su temperatura al agua en las botellas.

¿Cuál es la ciencia tras el hecho? Pues la suma de los efectos térmicos y de los rayos UVA. Al colocar las botellas al sol, el agua en su interior alcanzar temperaturas de cerca de 40º, lo cual mata a casi todos los microbios que puedan estar presentes. Además, los rayos UVA que bombardean el agua provocan daños en las proteínas encargadas de dotar de energía a bacterias como la Salmonella typhimurium, lo cual provoca su muerte.

Al parecer el método no es igual de efectivo usando botellas de cristal, ya que la mayor parte de los vidrios (probablemente por su grosor) no son completamente transparentes para las longitudes de onda requeridas para la correcta desinfección ultravioleta. Sin embargo pueden usarse bolsas de plástico transparentes, esas mismas en las que nos llevamos a casa los pececitos de colores.

Puede parecer sencillo pero este método podría acabar con buena parte de las muertes infantiles provocadas o asociadas a las diarreas en los países en vías de desarrollo. Conviene recordar que cada día mueren en el mundo 4.000 niños por esta causa.

Y es que a veces, a grandes males simples remedios.

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