Hay varias personas que para mi merecen un respeto y un reconocimiento de verdad por su aportación al enriquecimiento de la cultura de la gente a pie, ya sea por enseñarnos política, cine, literatura, o ciencia. Una de ellas, y una de mis preferidas, es Eduard Punset, abogado, economista y escritor de profesión y el más gran divulgador de ciencia que haya existido nunca en España. Es sin duda una de las personas con el cerebro más inquieto que existen.
En cada entrevista, ya sea por televisión o radio, suelta sus chispas de genio y hace que quien lo escuche se quede enbobado por su sabiduría y la facilidad con que se le entiende.
Pues resulta que últimamente ha escrito un libro llamado “Por qué somos como somos” y como suele suceder, ha tenido algunas entrevistas de promoción. Promoción entre comillas, porque al final siempre termina explicando sus inquietudes y los últimos descubrimientos que sus amigos los científicos han descubierto. La última entrevista que pude ver fue en el programa de Buenafuente hace algunos días, y de ella me quedo con algunos datos:
El primero es una pequeña broma que Punset enlaza con lo que estaba explicando, y explica con un ejemplo muy gracioso como ve el mundo desde su punto de vista científico junto a sus ganas de saber el por que de las cosas: (transcribo)
La belleza por ejemplo, oye yo desde pequeño he estado pensando en éstas cosas de la belleza y luego resulta que cuando miras lo que nos pasa por dentro resulta que la belleza es la ausencia de dolor: una cara que no tiene restos de malaria, que no la ha deformado la malaria, es una cara con un nivel de fluctuaciones asimetricas inferior al promedio.
Sí, ahora a una chica guapa yo nunca le digo si es guapa, ahora le digo:
“Oye, tienes un nivel de fluctuaciones asimétricas inferior al promedio”
Eduard Punset.
Otro dato que explicó y que me dio que pensar, fue que últimamente se ha descubierto que los animales somos más felices si controlamos algo, si somos los dueños de alguna cosa que dependa de nosotros. Éste desubrimiento se llevo a cabo gracias a tres ratas de laboratorio que sufrían descargas cada X tiempo. Todas recibían descargar, pero sólo una podía impedirlo accionando una palanca. Pese a que las tres ratas recibieron el mismo número de descargas, la que vivió más fue la rata que tenía el control de las vidas de las otras dos ratas, por lo tanto se demostró que cuando tenemos el control de algo importante a nivel personal, somos más felices y por lo tanto vivimos más.
Y por último, y esto lo escuché en una entrevista radiofónica, contó que se había descubierto que el estrés hacía disminuir el hipocampo y por lo tanto la memoria. Ahora resulta que es igual de malo fumar según que cosas que vivir estresado…
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